En mi ejercicio profesional constantemente he observado que la mayoría de los participantes tienen una gran confusión con respecto a lo que es amor y querer, tendiendo a establecer
relaciones desde la mente subconsciente donde se tiende a caer en tendencias destructivas por el querer.

Al diagnosticar en las consultas y en los talleres que realizo desde más de 25 años, al aplicarles el “amorómetro”, he encontrado que el 100% de los participantes tan solo se quieren, más del 75% de broma se aceptan y antes situaciones o conflictos, entre un 50 a 55% presentan crisis existenciales, porque de una u otra manera se quieren morir. Se observan apegados a relaciones de codependencia donde las parejas se atan entre si y a los hijos; atan a los hijos a los padres y todos se apegan a los trabajos, las cosas del entorno y a sus deseos en nombre del amor.

Lo real de la realidad es ¿Cómo van a amar a otro, si ni siquiera son capaces de amarse a sí mismo? Por eso es que se tiende a confundir el querer de la mente dual, con el amor de la supraconsciencia. Es importante que se clarifique estas dudas.

El amor, sólo se vive desde la consciencia plena, es la energía universal del Creador que nunca se desperdicia y genera más amor multiplicado. Por ello es prioritario ocuparse de vivir para amar la divinidad que siempre llevas por dentro. Está lleno de incondicionalidad, liberación, desapego e independencia es como la luz que ilumina a la humanidad. Según Chopra (2002) el amor no es una emoción que viene y va; algunas veces se siente intensamente su armonía; otras no es percibido en absoluto, por el contrario se siente malestar.

La esencia del amor es el estado del Ser que transciende la razón. Cuando más abierta e incondicional sea tu experiencia del amor, más te aproximaras a hallar tu esencia que te hace sentir que fluye la felicidad a través de tu espíritu-mente-cuerpo, no hay nada más real. Hay infinitas maneras de descubrir tu verdadero Ser, pero la consciencia plena es la técnica que te permite utilizar la luz más brillante para amarte, así comprenderte con humildad y aceptarte con compasión.

Chopra (2002) afirma: “Los antiguos sabios declaraban que, en último término, todo está echo de conciencia y, cuando experimentas la consciencia pura, sin imágenes ni supuestos extraños, eso es el amor… La fusión de amor, verdad y realidad es la gran revelación de la consciencia de unidad, el momento en que una persona puede en verdad decir: “Yo soy el todo” y “Yo soy amor” en un mismo aliento” (Pp: 324).

En realidad, de verdad amas a quien no necesitas y decides compartir de manera incondicional lo mejor de tu vida con eficiente excelencia, en plena libertad y sin pedir nada a cambio. Sólo esperas sentir o saber que tu Ser amado, es cada día más sano, próspero y feliz aunque no esté a tu lado. El amor es un flujo que proviene de adentro; la otra persona es un pretexto por el que nos otorgamos permiso para sentir amor (Chopra, 2002).

El querer, es una confusión de la mente dual subconsciente ilusionada por los temores del pasado, es movido por la codicia y ambición con anhelo de poder y dominio para sentirse
seguro. Por ello está lleno de egoísmo, posesión, avaricia, apego y dependencia; es como las tinieblas que lleva a la oscuridad a la humanidad. Se quiere a quien se necesita y no se puede vivir sin la cercanía del ser querido poseído, se comparte de manera egoísta las alucinaciones de los temores y apegos aunque les genere creciente sufrimiento y desdicha.

Autoamor, es comprenderse con humildad, aceptar su proceso de aprendizaje con compasión y amarse. Es el estado de gozo interior que fluye al aplicar con persistente
responsabilidad lo mejor de las potencialidades, conocimientos, capacidades y recursos para consolidar, fomentar una larga vida útil, saludable, prospera y feliz. Es el tercer principio esencial del Ser humano que se fundamenta en: Por mi bienestar es insuficiente con hacer bien las cosas, es prioritario SER y disfrutar haciendo con amor, lo mejor de lo que ya se sabe hacer muy bien. Es la base de la eficiente excelencia que se logra con responsable autodisciplina y está directamente relacionado con el primero de los diez mandamiento.

Lo que realmente te liberara es la única medicina milagrosa, la del amor. Invertir en ti, más de mil veces más amor que todo el amor que le aportas a todos tus seres amados juntos, para comprender con humildad los condicionamientos que mantienen los conflictos internos entre tu corteza cerebral izquierda o mente dual subconsciente y tu corteza cerebral derecha o mente de unidad consciente. Amor hacia el Creador para aceptarte con compasión, así poder dar Amor a todas las cosas vivas, hacia la madre naturaleza, hacia la vida para servirle de manera incondicional. Es la realidad de cómo aplicar el amor que se agradece al Creador durante la espiración.

Como el efecto boomerang, todo lo que lanzas a la vida se te devuelve multiplicado. Si das amor, eso es lo que vas a recibir del universo, manifestándose en el gozo de más salud, prosperidad y felicidad. Pero sólo se puede aportar a otro lo que se siente, que tienes con abundancia en el corazón. Por ello la prioridad es el amor por ti mismo.

Dr. Henry Barrios-Cisneros
Especialista en Medicina Interna
Investigador en Salud Holística
Naturista Quiropráctico
Coach Holístico Espiritual
Estrés, ansiedad y depresión

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