José Rafael Rojas: 25 años de esfuerzo por Drolanca
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José Rafael Rojas: 25 años de esfuerzo por Drolanca

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Hay personas cuya integridad le pinta el rostro, José Rafael Rojas es una de ellas. Desde hace 25 años, a punta de esfuerzo y dedicación, este invaluable trabajador ha dejado su huella en Corporación Drolanca, la que considera su segunda hogar.

La invitación a unirse a Drolanca vino hace más de dos décadas de parte del Dr. José Rafael Pulido, quien fue su padrino de boda en su pueblo natal Chiguará, y a pesar de que su experticia se reducía a las labores agrícolas, aceptó el trabajo, y el resto es historia.

Sus inicios en el área del almacén fueron duros, pues cuenta que se trabajaban muchas horas, incluso hasta medianoche, y en condiciones poco confortables. “Había veces que hasta tenía que quitarme la camisa porque hacía mucho calor”, recuerda.

Sin embargo, esto no lo amilanó para dejar de cumplir con su trabajo, ni siquiera el hecho de que cada día debe levantarse a las 4:00 de la mañana, para salir de su casa a las 5:00 y caminar cerca de una hora de la aldea El Cacique, donde vive, hasta el pueblito de Chiguará para finalmente tomar el transporte público para llegar a trabajar.

Al principio trabajaba como receptor de mercancía, pero a raíz de un accidente con un mortero, quedó con problemas en la visión, por lo que pasó a trabajar como surtidor, puesto en el que está desde hace unos 17 años.

De los primeros años recuerda que la dinámica de trabajo era diferente, había mucha demanda de medicinas, y los trabajadores cumplían turnos hasta de noche, pero a él no le pesaba, porque si de algo sabe es de trabajar duro y con perseverancia.

Lo que si no recuerda es haber tomado más de dos reposos durante su trayectoria laboral, pues sobrelleva su labor con dignidad, responsabilidad y sentido de pertenencia. Sólo se toma los últimos jueves de cada mes, para asistir a las reuniones del grupo de apoyo para personas con diabetes, enfermedad que le fue diagnosticada hace cinco años.

Conocido como “Rafaelón” entre sus compañeros de trabajo, mantiene una relación afectuosa y de respeto con todos ellos, a quienes aconseja cuando puede, especialmente a los más jóvenes, con quienes comparte su secreto para mantenerse en una empresa: trabajar, trabajar y trabajar.

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