Elsy Araque: “Drolanca me ha dejado grandes experiencias y amistades”
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Elsy Araque: “Drolanca me ha dejado grandes experiencias y amistades”

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Hay personas que acumulan en su currículo una larga lista de trabajos y experiencias laborales, hay otras sin embargo que pueden dedicar su vida a una empresa, haciendo de esta no sólo su segunda casa, sino la fuente de su realización personal y profesional. Este es el caso de Elsy Araque, “La Tía” para más señas, quien afirma que le debe todo a Drolanca.

Llegó a esta empresa hace 26 años, siendo bachiller y sin ninguna experiencia en trabajos anteriores. Su ingreso, como el de muchos otros de su pueblo natal Chiguará, fue gracias al apoyo del Dr. José Rafael Pulido, y en su caso también a uno de los socios, quienes le ofrecieron un puesto en la Caja, ya que la titular estudiaba y estaba a punto de retirarse de la empresa.

Esa chica le ofreció no sólo sus conocimientos del cargo, sino que le abrió las puertas de su casa, donde decidió residir entre semana para trabajar, pues el traslado a Chiguará era más complicado en esa época. Esa amistad fue tan fuerte, que aún perdura, ya que se hicieron comadres.

En Caja estuvo trabajando alrededor de 8 años, desde donde fue transferida a Crédito y Cobranza, donde permanece hasta el día de hoy. “Allí sí había trabajo ya que todo era manual, los ejecutivos enviaban la cobranza y uno tenía que sacar cheques, hacer depósitos y eso era un estrés, además de eso debíamos tener mucho cuidado porque estábamos manejando el dinero que le ingresaba a la empresa”, relata. El trabajo era tan duro en esa época que muchas veces luego de salir a las 6:00 de la tarde de la jornada en Crédito y Cobranzas, “nos íbamos para el almacén, porque había mucho por despachar”, razón por la que decidió radicarse en El Vigía, donde vivió cinco años.

Sin embargo, hace 21 años cuando inauguraron la autopista Rafael Caldera, conocida popularmente como “Los túneles”, decidió regresar a Chiguará porque ya el traslado era mucho más fácil. Por esa época tuvo a su primer hijo.

De la Drolanca de los primeros años recuerda las jornadas de inventarios, que se hacían los sábados, y constituían un verdadero compartir entre todos los trabajadores, pues se hacían sancochos o asados, y trabajaba desde el empleado más humilde hasta el más alto directivo. “El día que había inventario era como una fiesta”, recuerda.

Comenta que también ha habido cambios muy positivos en relación con la antigua Drolanca, como por ejemplo la reducción de la carga laboral y el tiempo de capacitación y recreación de los trabajadores. “Antes a uno no le daba chance de compartir tanto con la familia como ahora, antes los cursos o talleres eran los fines de semana, porque la semana era para trabajar y el fin de semana para los talleres, no como ahora que es más cómodo, más flexible, eso ha mejorado mucho”, afirma “La Tía”.

No obstante eso no quiere decir que no añore el pasado de la empresa, “de la Drolanca de antes me gustaban las fiestas”, dice con su alegría habitual. Agrega que la navidad, el día del Trabajador, los encuentros deportivos o los aniversarios de las sucursales, eran ocasiones memorables, por lo que el trabajador tenía la oportunidad de disfrutar y compartir con sus compañeros en un ambiente de esparcimiento. De esos momentos, de los viajes y de su permanente contacto con los ejecutivos de ventas, surgieron fuertes amistades, tanto que muchas han sobrevivido con el paso de los años. “Drolanca me ha dejado durante estos años grandes experiencias y amistades”.

Al preguntarle qué significa Drolanca para ella, señala sin dudar que es su segunda casa, donde comparte la mayor parte de su tiempo, y a la cual le debe todo su agradecimiento, “ya que gracias a la empresa saque a mis hijos adelante, la casa que tengo actualmente se la debo a Drolanca, yo de verdad estoy muy agradecida por la oportunidad que me dieron”.

Como todas las buenas personas que trabajan en esta empresa, tiene la esperanza de que esta se mantenga, y que cuando la situación del país cambie, todo vuelva a ser como antes, y que Drolanca siga creciendo y desarrollándose para el bien de todos los que de ella dependen.

 

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